miércoles, 27 de marzo de 2013

Le cayeron 3 suspensos en la 2ª evaluación

No son o no somos pocos los padres que antes o inmediatamente después de Semana Santa comprobamos en el boletín de notas que “nuestro hijo, hija, suspendió algunas materias –las que sean- en el segundo trimestre del curso... y no se observa mejoría respecto al primer trimestre. ¡se está jugando repetir curso!.
Algunos se lo esperaban ya: han visto cómo el  hijo iba trabajando y… sí, se veía venir que no iba a aprobar todo; otros se sorprenden (quizás el chico camufló muy bien sus malos resultados y además en casa aparentaba mucho esfuerzo);… pero a todos nos disgustan cosas así, nos asusta, sentimos cierta decepción,… quisiéramos otra cosa mucho mejor.
Nuestras formas de reaccionar son también muy diversas: desde optar por montar la  guerra de San Quintín, perdiendo los papeles y hasta la dignidad de padres educadores… hasta el otro extremo de resignarnos y hacer como si no pasara nada ignorando también al hijo y sus circunstancias (en medio todas las demás opciones).

Y ¿qué podemos hacer?.
Cada cual en sus respectivas circunstancias y necesidades verá qué puede hacer y cómo pero algunas de las primeras cosas, como padres educadores, que hemos de plantearnos son:
  1. ¿Cuáles han podido ser las causas de estos suspensos?.
  2. ¿En qué errores pudo haber incurrido nuestro hijo?.
  3. ¿Cómo fue el seguimiento que hicimos durante el segundo trimestre para que los resultados se expresen como decepcionantes o muy mejorables?.
  4. ¿Qué podemos aprender, unos y otros, de los errores cometidos?.
  5. ¿Qué conclusiones prácticas sacamos: qué hemos de hacer para que esto en modo alguno se repita en el tercer y último trimestre y pueda haber posibilidad de que se pueda salvar el curso?.
Con los hijos. Hagamos diálogo con ellos de las cuestiones anteriores (exponemos un diálogo, cuestiones, que pueden orientarnos):
  1. ¿Te parece un resultado justo: adecuado al esfuerzo que has invertido?.
  2. ¿Qué errores crees que pueden haber sido causa de estos frutos?.
  3. ¿Con qué dificultades externas a ti te has encontrado y que no valoraste lo suficiente antes de comenzar este segundo trimestre?.
  4. ¿Qué alternativas se te ocurren, para cada uno de los errores cometidos y también frente a las dificultades externas que has detectado, y así al menos no incurrir en lo que ha resultado ser negativo?.
  5. ¿Qué otras cosas puedes hacer para ser más eficaz en tu trabajo?. ¿Cómo llevarlas a cabo?.
  6. ¿En qué y cómo podemos ayudarte nosotros, tus padres?.
  7. ...
Seguimiento.
No sería ese diálogo muy efectivo si se queda ahí y no establecemos padres e hijos maneras de evaluar o revisar el proceso al menos una vez a la semana, de manera que podamos saber con claridad:
  1. Si estamos cumpliendo con nuestros respectivos compromisos o no.
  2. Si estamos utilizando los instrumentos adecuados:  tiempo efectivo de trabajo, condiciones ambientales que faciliten ese trabajo, herramientas de trabajo adecuadas, técnicas de estudio eficaces, motivación y esfuerzo.
  3. Si se puede decir que nuestro hijo o hija aprovecha bien el tiempo de clase (para ello se hará  necesario  que mantengamos  un contacto regular con su profesorado, el cual debe estar al corriente de las conclusiones a las que llegamos con nuestros hijos).
  4. Si resuelve sus dudas o no y si necesita o no ayuda adicional (sesiones de apoyo  o refuerzo escolar adicionales).
  5. ...


Es decir, se trata que "todo aquello que hablamos y nos propusimos se vaya cumpliendo,que nos comprometamos a llevar a la práctica lo que en teoría teníamos muy claro". Y cuando observemos que "nos desviamos de aquello que nos propusimos analicemos sus causas y nos propongamos acciones que nos permitan recuperar la línea a seguir".
¿Qué requiere este proceso?.
  • MOTIVACIÓN, especialmente por parte de nuestros hijos. Esta motivación nace de la pregunta: ¿Qué quiero conseguir y qué medios voy a emplear para lograrlo?.
  • ESFUERZO: No basta con tener claro en teoría "lo que queremos" sino saber mantener el esfuerzo, ser constantes en el empeño y aumentarlo en todo caso cuando se observen  resultados no deseados.
  • ADECUADO USO DE LOS MEDIOS con que contamos y crear condiciones ambientales que permitan un buen desarrollo del trabajo a realizar.
  • BUENA COMUNICACIÓN PADRES-HIJOS, ya que es en ese constante diálogo y buena relación en la que se basa todo proyecto que quiera estar bien sustentado.
  • EQUILIBRIO RAZONABLE entre actividades: trabajo académico, juego y descanso, alimentación adecuada y convivencia familiar.
Y si aún así los resultados no fueran perfectos o no fueran satisfactorios... valoremos siempre y en todo caso el  "proceso" seguido, el esfuerzo, las actitudes positivas de nuestros hijos; la constancia en ello y la adecuación de los medios a sus necesidades acabarán por darles el triunfo en todo aquello que se propongan más tarde o más temprano.
Por lo tanto,  mantengamos siempre la calma y valoremos por encima de todo su empeño.

PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
  • ¿Estamos en el caso que aquí se expresa, que nuestros hijos están suspendiendo algunas asignaturas?. ¿Cuáles son las causas de esos resultados?, ¿cómo podrían mejorarse?.
  • ¿Hacemos tema de conversación amplia, seria y serena sobre esto con nuestros hijos?. ¿Les animamos o conducimos a que sean ellos mismos que establezcan los cambios necesarios para que puedan darse resultados diferentes..., o todo lo decidimos por ellos?.
  • ¿Qué seguimiento realizamos de ordinario sobre su trabajo académico?, ¿cómo lo llevamos a cabo?. ¿De qué nos interesamos más: de sus resultados o de su esfuerzo de cada día?.
  • ¿Cuándo ser más "directivos" con nuestros hijos  y cuándo ser más "democráticos"?, ¿cuándo dar mayor margen de libertad y cuándo restringir margen?. ¿Cómo lo hacemos en nuestra familia?.
PARA AMPLIAR, CONTRASTAR O PROFUNDIZAR:

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