lunes, 10 de junio de 2013

Educar para el ocio y el tiempo libre

Nos acercamos al tiempo vacacional de verano: julio y agosto íntegros ¡sin colegio!. "¡Qué bueno, maravilloso, fantástico!,... o ¡qué difícil, vaya problema ahora para compaginar trabajo y atención a los hijos!,..." (esto último si tenemos la suerte de tener trabajo, por supuesto).
Depende de las respectivas circunstancias que vivamos esta situación nos afectará más o menos y la resolveremos también de muy distintas maneras.

Pensar antes de actuar.
  1. ¿Tenemos un plan familiar para los meses de julio y agosto?, ¿qué hacer y cómo desde la última semana de junio a la primera de septiembre?.
  2. ¿Esperamos “notas bajas” en los boletines de nuestros hijos?, ¿cómo hacer en verano para que se presenten a primeros de septiembre mejor preparados?.
  3. ¿Tenemos claro cómo armonizar "trabajo-descanso-convivencia"?, ¿cómo conseguirlo?.
  4. ¿Qué recursos municipales y de otros organismos conocemos que pueden ayudarnos a convertir estos meses de verano en algo productivo y al mismo tiempo divertido para todos?, ¿cómo aprovecharlos bien?.
  5. ...

Son cuestiones generales que nos conviene plantearnos antes de que lleguen esas fechas y no andar "a salto de mata". Pensar las cosas antes de hacerlas tratando de descubrir ventajas, inconvenientes y tratando de resolver las dudas que al respecto se nos planteen nos ayudará a tomar las mejores decisiones y, en consecuencia, obtendremos también mejores resultados.

¿Cómo?.

Organización del período vacacional de los hijos, del 22 de junio al 9 de septiembre:
  1. Partir de las necesidades y priorizarlas sobre los caprichos. Si nuestros hijos acaban obteniendo algún suspenso o bien notas de aprobado pero muy rascadillas,... o bien hay otras áreas en su desarrollo personal que necesitan mejorar... es ahí donde habrá que actuar de manera prioritaria:
    • Necesitamos contactar con el profesorado que ha estado trabajando con nuestros hijos en el centro escolar y recoger sus sugerencias o propuestas para que nuestros hijos superen los niveles académicos, desarrollen adecuadamente sus capacidades, habilidades,... y puedan presentarse en septiembre con la confianza de iniciar el nuevo curso académico con mayor seguridad en sí mismos.
    • Buscar instrumentos, recursos,... que nos pueda servir para apoyar a nuestros hijos en la realización de tareas de "repaso, profundización o recuperación", de manera que el siguiente curso pueda ser emprendido al menos desde los mínimos imprescindibles con que terminaron el anterior.
    • Trabajar la constancia y regularidad en el esfuerzo, el ejercicio de su responsabilidad en la libertad y capacidad de organización de su tiempo libre.
  2. Planificar el período vacacional atendiendo a todo lo que tenemos previsto para esos dos meses:
    • Establecer un calendario semanal de trabajo y un horario -ambos orientativos, sin necesidad de rigideces- que sea constante cada día... ayudarán a mantener y desarrollar el hábito de trabajo y compromiso responsable.
    • Procurar el necesario equilibro “trabajo – descanso – convivencia”. Sin atracones de ninguno de sus componentes anulando o dejando fuera casi totalmente los demás. 33% para el trabajo (tareas de verano, tareas del hogar, otras tareas), 33% para el descanso (dormir), 33% para la convivencia y el juego/diversión (con el resto de miembros de la familia, con los amigos,...).
    • Intentar dejar los fines de semana y festivos exclusivamente para el disfrute de la convivencia familiar y la participación de la celebración de la fe en comunidad con otras familias, atendiendo cada cual a la confesión religiosa a través de la cual desarrolle su crecimiento en la fe.
  3. Realizar esta planificación y desarrollo de las actividades contando siempre con nuestros hijos: tanto en su diseño inicial (pedirles sus ideas al respecto, analizar juntos padres/hijos las ventajas e inconvenientes de cada propuesta y determinar finalmente lo que vamos a realizar pero con el compromiso responsable de todos). Consenso, siempre mejor que imposición acrítica.
    • Cuanto mayor sea la participación en este diseño y planificación, mejor será su disponibilidad y actitud después para llevar a la  práctica los compromisos a los que lleguemos.
    • Cuando lo hacemos así estamos también educándoles en el uso responsable de su libertad: se están entrenando para aquellas situaciones en las cuales estén totalmente a cargo de sí mismos. Si no lo hiciéramos así les expondríamos a merced de cualquier cosa que cualquiera quiera imponerles.
    • Para esto nos puede servir el siguiente esquema lógico:
      • ¿Qué necesidades tenemos que cubrir este verano?.
      • ¿Qué queremos conseguir atendiendo también a nuestras circunstancias?.
      • ¿Qué medios vamos a emplear para conseguir esos objetivos?.
      • ¿Cómo vamos a hacer: cada mes, cada semana, cada día?.
      • ¿Cómo nos vamos a ayudar unos a otros para alcanzar un buen resultado, disfrutemos y esto nos ayude a sentirnos mejor con nosotros mismos y con los demás?.
Actividades y recursos sociales disponibles que podemos aprovechar:

Indaguemos en nuestro barrio, municipio,... sobre los recursos que nos puedan ayudar, especialmente cuando estemos trabajando y tengamos que cumplir unos horarios que nos impiden atender adecuadamente a los hijos en esas horas y, por otra parte, no tenemos familiares que puedan suplirnos tampoco en esos espacios de tiempo.
Al respecto muy probablemente hallaremos:
  1. Campamentos urbanos (organizados por los ayuntamientos, colegios, parroquias u otras entidades). Tienen un período o plazo de inscripción y unos requisitos que cumplir; hay que informarse bien de ello.
  2. Actividades lúdico-culturales y/o deportivas, también organizadas por las entidades antes citadas o por la comunidad autónoma o por entidades especializadas en determinadas actividades a desarrollar en distintos espacios (Casa de la Cultura, acampadas, senderismo, cursos de natación, etc...).
  3. ...
  4. Y siempre queda nuestra propia capacidad de organización, bien solos como familia o  bien con otros miembros de nuestra familia -padres-hijos- (tíos, primos, abuelos, etc...),  o bien con amigos con quienes nos podamos poner de acuerdo y organizar algo para y con los pequeños.

PARA AMPLIAR:

No hay comentarios:

Publicar un comentario